El Puente sobre la Ignorancia
La búsqueda de la perfección es el camino que te lleva a cruzar un puente viejo e inestable hacia un lugar cubierto en una neblina densa. Cada paso que tomas hace temblar la estructura que advierta del peligro con los crujidos que parece suplicar que vuelvas atrás.
En la infancia de cada uno nace la tendencia a mostrar nuestras habilidades para que aprecien cualidades que podemos perfeccionar para sacar provecho de ellas para mejorar nuestra vida. Así comienza la obsesión de ser mejor y de ocupar un lugar diferente al que nos corresponde. De esta manera surge el rechazo de las características que denominamos faltas o insuficiencias. Las mismas imperfecciones que define la expresión del ser compiten con la ilusión de conformar y de cuadrar en una sociedad de nuestra propia creación.
Además, son estas grietas en las efigias detrás de las cuales escondemos nuestra autenticidad por las que brilla la sabiduría que amaina el hambre insaciable de conocimientos. Aprender es vivir. Pero la verdadera sabiduría no se trata de fechas y nombres, sino de sensaciones y emociones. Comprender nuestra existencia es soltar la compulsión a definir los fenómenos con términos basados en lo racional. Entonces, se abre el panorama del sentir. Las lecciones auténticas son las que nos acercan a experimentar las transformaciones que ofrece cada vivencia, cada encuentro.
No importa lo que te parece el comportamiento de otro, sino lo que despierta en ti. La furia que provocan sus palabras desvela una parte de ti que te has obligado a esconder. Da igual qué canción te pone los pelos de punta, es la euforia que desencadena que te enseñará a apreciar la belleza de vivir plenamente consciente.
No intentes cruzar ese viejo puente sobre el abismo de la ignorancia. Perdura en el paraíso del sentir y aprende a integrar las lecciones que siempre han yacido al otro lado de tus párpados pesados.
