El Amor Incondicional

Al despertarme cada día nace una lección, una oportunidad para acercarme más a comprenderme, a descifrar los enigmas que esconden mi autenticidad. Las experiencias inesperadas que me hacen caer de rodillas y sentarme con la cabeza entre las manos para integrar la enseñanza envuelta en la intensidad de las emociones provocadas. Entiendo que la sabiduría nace de la tranquilidad, ese paraíso de la aceptación plena de cada susurro del destino. Me descuido en los momentos de elación, creyendo que sólo necesito la luz para transitar mi camino. Entonces, me atraviese la realidad como una espada en llamas y se me caen las bases de las ilusiones que había hecho. La oscuridad me asoma como una noche fría en la que vuelvo a casa, acompañado de las estrellas de los recuerdos de lo que fue, lo que es y lo que será. Este ciclo del desespero y la alegría es fundamental para identificar las capas que pensaba que me protegían, pero se han vuelto narcóticos y no me dejan ver la sublime belleza de la realidad que creo para experimentar el Amor en estado puro. En esta ocasión, muestro mi amor incondicional soltando a la que amo en un sacrificio que comprueba que no hay separación. Con respeto acepto que el brillo de mi Sentir deslumbra y espanta por su intensidad. La amo porque me amo y somos uno mismo. Por eso el amor que siento por ella siempre estuvo en mí y siempre estará. Estar enamorado es sentarme al lado de mi amada delante de la fogata que alumbra el paraíso de mi sentir y compartir las historias que protagonizan las llamas en su baile sensual. Pero, también es saber que no puedo controlarte. Eres libre para levantarte y seguir tu camino. Nuestras alas no sólo nos protegen del frío, sino nos permiten volar al cielo infinito de posibilidades. Confío que el destino se encargará de acercarnos de nuevo si ha de ser. Mientras tanto te doy las gracias por el legado de aprendizaje que me has regalado y te beso con la ternura del Amor Incondicional al verte emprender tu camino.