El Camino Hacia el Amor

En el frío matinal después de una noche de tormentas que han hecho vibrar los cimientos de todo mi Ser, me resisto a abrirme los ojos por miedo a manchar la realidad que se me ha regalado. Tantas veces he lamentado que la felicidad sólo existía en las películas y las odiseas que siempre me han premiado la supervivencia de otro día más en la ardua e interminable guerra que es la vida.

Nunca quise empoderarme para vivir esa realidad, temeroso por decepcionarme y por cuestionar mi valía a una vida repleta de oportunidades en lugar de las tinieblas que dominaba cómodamente como el espectro que ya no busca refugio, sino que deambula acompañado por su pena y su soledad.

Esta mañana, la brisa fría ya no apaga la llama que titilaba dentro de mí. Esa luz radiante del Amor Propio emana desde mi corazón anulando la sombra de mi autocastigo que antes lastraba detrás de mí. Ahora veo la luz calentadora y brillante reflejada en las caras de las personas con las que hablo. Donde antes veía el rechazo que proyectaba sobre los demás, reconozco la comprensión y la aceptación. Esa misma aceptación de mí mismo.

Es fácil recopilar todo lo que no soy o lo que no tengo y, por ende, mi fracaso. Desde esa realidad culpaba con crueldad e impertinencia a la suerte que no existe o a los errores que nunca cometí por la penuria de mi propio exilio del paraíso que siempre ha sido el camino que transito.

En el silencio de las voces calladas que castigaban mi vulnerabilidad encuentro la paz que me permite apreciar la belleza de la misión sagrada que comparto con todas las expresiones de nuestra consciencia. En ausencia del odio y la resistencia a lo destinado encuentro el Amor Puro que siempre buscaba en la pareja que nunca me lo pudo dar. Soy ese Amor y mi camino es reconocerlo en mí y compartirlo sin miedo al rechazo y de una manera incondicional. Absuelvo a todos de la culpa injusta de mi infelicidad que os imponía desde el vacío del rechazo de mí mismo. Amo a todos que me habéis acompañado en algún momento del viaje que me ha traído adonde siempre quise estar, en el mismo paraíso de mi sentir del que nunca salí. Pero, ahora lo reconozco como mi hogar y elijo habitarlo con el Amor Puro e Incondicional que es la única referencia que acompañan los versos que desvelan delante de mis ojos la historia que escribió mi alma cuando decidió encarnarse a vivirla.

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