Lo que Esconde el Cuerpo
Tu cuerpo esconde secretos, susurros en forma de gestos repetidos que suplican tu atención. Las sensaciones inesperadas que sientes frente estímulos aparentemente inocuos desafían el pasado que has elegido mantener. Detrás de las puertas cerradas de tus recuerdos hay realidades abandonadas. No desaparecieron en el agujero negro del olvido. Los sollozos y los gritos sobreviven en tu cuerpo. Son las reacciones que te sorprenden, los cambios de ánimo repentinos, las sensaciones que tratas de silenciar al desviar la atención hacia cualquier otro lado: El trabajo, el deporte, el alcohol o cualquier otro narcótico.
Eres indiferente a cualquiera. Encubrimos la tragedia por miedo al rechazo, a que nos etiqueten de quejicas o, peor aún, débiles. Eres la única persona capaz de abrir esas puertas y reencontrarte con las experiencias que no podías gestionar antes. Es normal, te faltaban los recursos entonces. Ahora te toca conocerte de verdad.
No te castigues por la tardanza. Para comprenderte, has de experimentar tu realidad. Es difícil ser responsable de tus actos. Dejar de seguir las masas que tratan de conseguir los sueños ajenos es un gran reto. Significa escucharte y ejercer el asertividad que no siempre agrada. Te darás cuenta de lo que te sobra y lo que ya no te aporta. Tendrás que abandonar el personaje que creaste para esconderte de tu pasado.
Para un momento y escucharás los ecos de las voces de las versiones desatendidas de ti. Los dolores y las tensiones de tu cuerpo te recordarán de las experiencias estancadas. Las experiencias que intentaste olvidar pero que contagian tu presente y amanecen tu futuro.
Compararte con otros no te sirve de nada. El juicio sólo te convierte en perdedor. Pero, eres el héroe de tu narrativa. Levántate de las cenizas y aliméntate de tu verdad. No eres ni menos, ni más que nadie. Eres la persona que ha superado los obstáculos de camino hacia el aquí y el ahora.
