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La Mala Suerte

A veces me pillo maldiciendo mi mala suerte. Llego al anden y veo el metro desaparecer por el túnel o me encuentro atrapado en tráfico donde las calles suelen estar despejados. Incluso cuando me siento decepcionado por alguien que no ha cumplido la expectativa que he creado para imponerlo un propósito en mi vida.


La sensación es un veneno letal que recorre mis venas paralizando los gestos de felicidad por los que me conocéis. La sonrisa desafiante y la mirada penetrante se esconden detrás de una mueca siniestra y amenazadora.