La Familia
Dicen que la familia no la elegimos. Pero la realidad es otra. El entorno familiar es justo lo que necesitaba para sembrar las heridas que me han hecho quien soy. Allí estaban cuando perdía la inocencia y empezaba a formar la coraza. Ésa que llevaba mientras aprendía lo necesario antes de quitármela y desnudarme al mundo, soltando cada resquicio de la ilusión de control que plagaba la ignorancia. Esa defensa era esencial para permitirme aislarme de ese mismo mundo que proyectaba para poder observarlo todo. Desde detrás de la máscara de guerrero, podía identificar las partes de mí que proyectaba en los demás.