La Emoción Comienza en la Moción
Emoción es una palabra cuyo origen yace en el latín: emotio, emotionis – el sustantivo del verbo enmovere, que contiene la base de "moverse" con el prefijo e-/ex que es "desde". Por tanto, se comprende que la emoción nos traslada de un estado a otro. Visto así, se aprecia que es la fuerza vital. La sangre lleva el oxígeno a todas partes del cuerpo y, de la misma manera, el hacer conecta el sentir con el pensar al mover el cuerpo.
Soy nervioso, mejor dicho, hiperactivo y me aburro de todo antes de profundizar en nada. Por esto he practicado una multitud de profesiones y actividades y me he movido en comunidades dispares. Pero, la continuidad de mi vida es la psicología, la música y el ejercicio como la trinidad del pensar, el sentir y el hacer.
Vivenciar una existencia efímera no satisface el sentir que trato de despertar con la música. Entonces, busco la intensidad en el movimiento. Las estrofas estridentes evocan la misma sensación de gritar “he terminado” en un WOD o al escuchar el último pitido del temporizador. Más allá que premiar así la resiliencia, en los entrenos busco canalizar mi ira en superar los límites de las excusas o las dudas de mí mismo.
Aprendí a acercarme a la barra como un samurái a su katana. Mi mente repasa las técnicas, mi sentir inunda mi sangre con adrenalina en preparación para la explosión del hacer que inicia con el descuento del diez al uno. La hiperactividad se centra en desafiar mis expectativas y mis miedos. Por unos minutos insólitos se callan las voces que me suelen acechar en mi oscuridad y me conecto con la sensación física y emocional de atreverme a ser yo.
La victoria para mí es llegar al box cada día sabiendo que quizá consiga mis metas, quizá no. Haga lo que haga será por y para mí y siempre arropado con el apoyo y cariño de mis compañeros
