Ganar es Saber Escuchar
Hay una necesidad empírica de tener la razón que obstaculiza la comunicación en nuestra sociedad. Las conversaciones tienden a limitarse a rebuscar maneras distintas de justificar la postura de cada participante. La creciente carencia de paciencia nos encamina a olvidar la fuente de sabiduría que ofrece escuchar perspectivas diferentes y apreciar lo desconocido como alternativo y no necesariamente incorrecto o, peor aún, amenazante.
Disfruto mucho del punto conflictivo que ejerzo en la conversación cuando estoy más animado y presente. Me encanta provocar para fomentar que se exprese auténticamente cada locutor. Contrasta con mi carácter obstinado que presume de tener siempre la razón. Perdura un conflicto interior que veo cada vez más en otros.
He pasado por varias formas de interpretar esta obsesión nefasta de mostrarme sabio. Pero, reconozco que nació de una valoración personal desalineada. Cuando trataba de encajar en grupos ajenos a mí, tendía a introyectar sus valores sin terminar de creérmelas y, por tanto, evaluarlas. Más adelante mi rebeldía saltaba para llevar la contraria de las masas o, por lo menos, la persona que tenía delante. Buscar el contraste no percibe el pensamiento crítico y no se orienta a más que apelar la atención.
Aunque conservo la rebeldía de no estar de acuerdo. Me la guardo para apreciar las opiniones ajenas con la esperanza de aprender de lo distinto y desconocido. Hay tantas maneras de comprender el mundo e interpretaciones de las mismas experiencias que no consigo oír las voces más extrañas de mi interior. Por esto, persigo esas referencias en personas con prioridades alienadas con las esferas sociales que no entiendo.
Pretendo apaciguar mis prejuicios de los que no comprendo para así escuchar sin saltar. No gano nada cuando arrollo otras perspectivas que difieren de las mías. Desperdicio poder comprender miradas condicionadas por vivencias distintas. Cada interlocutor habla desde las experiencias y encuentros que han moldeado su ser y me abre a conocer otro rincón del mío.
