El Presente es, fue y será tu Realidad
Estando presente no significa ignorar ni el pasado, ni el futuro. Hay un abismo entre estar en el aquí y en el ahora y la dejadez de la malinterpretación de la frase, “dejar fluir”. Resignarte a lo que te corresponde se puede confundir con el victimismo de la persona que elige permanecer en la oscuridad como castigo por no merecer nada mejor. Esto difiere de perderte en la rebelión contra tu propia realidad
“La vida no es violines y rosas”, comentó Fritz Perls cuando explicaba que el reto de la psicoterapia es ayudar a la gente a mejorar la manera de interactuar con los estímulos vitales y ser más real para, así, disfrutar más de la vida. Nadie te quitará las experiencias que te derrumben o que hacen tambalear las bases del concepto que tienes de ti mismo.
El aprendizaje exige que te caigas las veces que hagan falta para que comprendas quien eres. Algunas de tus traumas te marcaron hace tiempo. Pero, no creas que prescindes de ellos ni ahora, ni más adelante. Los patrones se repiten mientras profundizas en el propósito del sentir.
Lo que realmente importa es acordarte que todo forma parte del proceso. La luz nunca se apaga. Incluso en la noche más oscura, la luna refleja los rayos del sol. Entonces, para estar presente, es imprescindible reunir los aprendizajes de incluso las experiencias nefastas para contextualizar los sueños del porvenir.
El futuro es el resultado de saber estar precisamente donde estás sin apreciar lo que tienes ahora y lo que has conseguido para estar aquí es crear la manera de tomar consciencia del propósito de tu vida. Ten la humildad de agradecer las oportunidades que ofrece tu destino para mostrarte lo que aún no reconoces de ti. Nada sucede para fastidiarte y nadie existe para herirte. Son lecciones para que te conozcas de verdad y, quizá, aprendas a amarte
