Sé Responsable de tu Consciencia
Hay un equilibrio delicado entre la conciencia y la consciencia. Son las bases de la existencia y del despertar. Pero, es tan fácil priorizar una sobre la otra. Para comprenderte es esencial darte cuenta de todo lo que te rodea y todos del entorno. También es tentador refugiarte en sus consejos o sus enseñanzas, esperando que algún predicado te ilumine.
Entre tantas creencias y tantos testimonios convincentes, te cuesta mantener la cordura e interpretar todo desde la neutralidad y sin que te confundan las emociones desbordantes. Las experiencias trascendentales que cambió para siempre su sentir que su repetición son mantras para el desespero. Como el pobre que sueña con que le toque la lotería, el inocente paga al gurú para que le muestre su milagro.
Allí está la paradoja del qué hacer. La consciencia te invita al aislamiento para conocerte y la conciencia te abruma con opciones para adelantar ese mismo proceso.
Es tentador desear escaparte de donde no quieres estar para estar en el paraíso que siempre has soñado. Sin embargo, nadie te puede enseñar a comprenderte, no hay varita mágica. Lo que sí hay es la brújula contra la que te habías rebelado, la fogata que te muestra el camino para atravesar el laberinto de tu ser.
Cuando dejes de buscar las respuestas en la diatriba del último fenómeno, empezarás a oír los susurros del niño que reclama tu escucha, el que te conoce mejor que nadie y el que nunca te fallará porque eres tú. El dueño de la sabiduría que anhelas.
Confía en los que te acompañan sin juicio o interés sin olvidarte de que eres el único responsable de tomar cada paso. No culpes a los que te han enseñado su camino. Ninguno te obliga a desviarte del tuyo. Tomar consciencia es un paso y tomar responsabilidad de ella es el viaje.
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