Rompiendo Cadenas
La historia se repite y volvemos a tropezar con la mismísima piedra: Una expectativa cae en la decepción o en un encuentro amoroso los fuegos artificiales se quedan en velas aromatizadas. La gran lección es aceptar que esto sucede no por ser víctimas sino porque ignoras las señales que te presenta la vida. Eliges hacer la vista gorda a los indicadores que marcan hacia donde debes avanzar para seguir en un paraje lúgubre que ya dejó de alimentarte con las emociones que hace que esta vida sea maravillosa.
Estos patrones son lecciones a las que has de prestar atención. Son situaciones que se repetirán hasta la saciedad si no integras el mensaje que yace en ellas. La situación en sí puede parecer desafortunada y tiende a serlo cada vez más para que hagas caso y salgas del victimismo. Ese pasotismo que abunda por temor a perder lo ya conseguido te obliga a pasar por experiencias que hurgan con más profundidad en las heridas que te debilitan.
Lo conocido te ha enseñado lo esencial para alcanzar la perfección de Ahora. No obstante, no basta dormirte en los laureles. Cada suceso alberga una lección que alumbrará otro rincón de la biblioteca de sabiduría que contiene las respuestas a todas las inquietudes que surjan a lo largo de esta gran aventura vital.
Aprender supone arriesgarte a desvelar verdades que desafían de la realidad que has creado. Estas advertencias sirven para romper con los patrones que te encadenan a lo que ya no es fructífero. Así te liberas de las limitaciones a las que te impones. Cuando te abras a alternativas a lo cómodo, te despertarás del letargo de la ignorancia en la que elegiste regodearte. En lo desconocido subyacen las claves fundamentales para destapar la autenticidad que escondes detrás del disfraz que hasta hoy has presentado al mundo. Sé tú y brilla sin temer deslumbrar con tu perfecta imperfección.
FOTO: Noche de Omar Khayyam (Pinterest)
