Fantasmas
El tiempo no es lineal. No hay nada fuera de este mismo momento. Todo lo que percibes como el pasado es una creación de la mente para interpretar las emociones que estás viviendo ahora. Un trasfondo de experiencias con las que conectas de otras vidas. La división entre lo real y lo imaginario es fluida para que se adapte a la situación y el estado de ánimo de tu coyuntura.
Eres las experiencias que has heredado de las generaciones anteriores que no pueden integrar la realidad con las herramientas de las que disponen. Por tanto, comparten sus aprendizajes contigo. Te llegan en tomas de consciencia que saltan de palabras, frases, sonidos y texturas. A menudo parecen insignificantes al principio, hasta que enlaces su relevancia con el rumbo de tu aventura. Ese camino intrépido de sendas tortuosas a través de la oscuridad de lo desconocido.
Hay voces que traspasan los tiempos imaginarios para recordarte del significado fundamental que comunican. Se convierten en sueños lúcidos de caras desconocidas y lenguas ajenas. Es tu responsabilidad descifrar los versos de su poesía y los gestos con los que desvelan su sabiduría para comprender qué tiene que ver contigo.
La tarea es laboriosa y contempla la probabilidad de descubrir aquello que desafía de la realidad en la que rehúyes de ti mismo. Prefieres vivir en la escenificación de tus expectativas. Un futuro ficticio donde ejerces un control sobre el destino que jamás tendrás. Un lugar donde el amor y la felicidad existen a condición de un logro que hayas conseguido.
Poner la mirada más allá que el horizonte te ciega de tu autenticidad. Te aleja de todo aquello que anhelas en ese lugar imaginario e idealizado donde dejas de ser quién eres y te conviertes en un fantasma más. No eres un fantasma que deambula perdido en la oscuridad sino la luz intensa que alumbra el paraíso de tu sentir.
Foto: The legend of the ghost in love – part three by Giovanni Gori
