top of page

El Ojo del Huracán

Es tan fácil confundir la tranquilidad con la inactividad. Siento que el refugio que yace en el ojo del huracán es un lugar de derrota, de no poder más. Se me olvida que no estoy en una carrera ya que no tengo adónde ir más que este lugar, donde siempre quise estar.

Los corrientes de aire que me arrastran en círculos viciosos hasta que me dé cuenta de que por mucho que corra, no llego a ningún destino que no sea éste. Todo aquello que persigo dentro de la tormenta no hace más que distraerme.

Lucho contra los vientos que levanta mi impaciencia y la furia que intento apaciguar con promesas de que cuando llegue allá, encontraré la felicidad, esa misma que rige la paz que está en mi centro.

Allá la importancia de saber no hacer nada. Para los activos y curiosos, nos cuesta tanto cumplir con la ‘nada’ que no incluye estudiar, planificar o cualquier otra actividad que impide que soltemos la fuerza del tornado.

El remanso de paz en el ojo es donde conecto con todo lo aprendido y consigo integrar la sabiduría que me regala cada instante. En el silencio que calla las voces internas que exigen cumplir con las normas con las que me he encarcelado sin darme cuenta. Las responsabilidades que culpo a otros por haberme obligado a seguir son las armas que usaba en la lucha contra la autenticidad que tanto temía.

No renuncias nada al sentarte en el ojo del huracán. Desde allí observas y sientes las experiencias que te han mostrado quien realmente eres. El aprendizaje no es una pelea contra los elementos, sino una oportunidad de reconocer tu autenticidad y saber lo que necesitas en lugar de crear unos ideales inalcanzables que jamás te harán feliz ya que la felicidad es aquella que reina en el paraíso del sentir que no es un espejismo sino el ojo del huracán.


Buscar por tags

Sígueme

  • Instagram
  • Facebook Basic Square
  • Icono social LinkedIn
Entradas recientes
bottom of page