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El Matrimonio del Miedo y el Sexo

El miedo y el sexo forman el matrimonio más duradero de la humanidad. Más allá que los tópicos y estereotipos, nos encontramos en un momento de vulnerabilidad, desnudos de la bravura y la sugerencia detrás de las cuales escondemos nuestras paranoias e inseguridades.


El desnudo en la intimidad es mucho más que lo físico. Se caen los mitos que hemos creado y las identidades que hemos forjado y nos quedamos con lo puesto, la autenticidad a flor de piel. Por eso, la experiencia humana más hermosa también es la más pavorosa.


Un sinfín de preocupaciones gritan dentro de la cabeza que deseamos silenciar para centrarnos en el disfrute corporal e, incluso, espiritual cuando logramos paz interior y la conexión de la que tanto se habla. La sociedad padece de una abundancia de información de gurús y expertos que son maestros de la comunicación con un entendimiento básico del contenido.


El cáncer nació en el mundo idílico de las películas donde los dos pasean a caballo hacia la puesta del sol. Hay una generación que se ha alimentado de la realidad distorsionada por los medios. La representación más fiel de esta tendencia es en el terreno sexual.


El internet ha traído los fetiches más dispares a los dedos inquisitivos de cada curiosidad. La gratificación instantánea han moldeado lo que percibe cada cual como el sexo ‘perfecto’, sea como sea. Por otra parte, la química sexual exagerada de los medios nos obliga a acaba con un polvo rápido y orgasmos simultáneos después de algún tipo de penetración fulminante.


Entonces, cuesta llegar a la realidad de conversar, generar un ambiente, ignorar las imperfecciones semejantes a las que tratamos de tapar en nuestro cuerpo mientras quitamos lo que no suele ser lencería de encaje o ropa interior cuidadosamente elegida.


Tampoco podemos mostrar o encontrar los cuerpos fornidos a la perfección sin ni un vello fuera de lugar, sino algo realmente hermoso que es el campo del deseo de un cuerpo que se entrega a la pasión.


Es inevitable entrar en la intimidad con temor a no cumplir las expectativas inalcanzables que hemos aprendido a aceptar como la normalidad. Nadie tiene porque ser experto en la técnica más tendenciosa del momento. Pero, sí podemos entregarnos a disfrutar de la unión de dos con el objetivo de pasarlo bien y compartir una experiencia placentera sin más.



IMAGEN: Pinterest

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