¿Cuándo es Demasiado Tarde?

Mirando la tormenta

“Nunca es demasiado tarde” es una frase que se repite hasta la saciedad, tal vez en un intento fútil de convertirla en un hecho incuestionable. Sin embargo, el tiempo es finito y cada instante existe para enseñarte algo antes de disolverse en un espacio entre el olvido y la imaginación. Mirar al horizonte para buscar otra oportunidad es perseguir un espejismo en el desierto. Es un trago para hoy que no quitará la sed existencial.

Reconocer la madurez emocional conlleva aceptar la mortalidad, tanto la tuya como la de cada experiencia. Nada es permanente, todo cambia con cada latido del corazón mientras marca el compás de la vida.

Un aprendizaje que te da la vida es apreciar el presente, con la certidumbre que no hay ninguna garantía del mañana. Cuando te miras en el espejo, es inevitable notar las líneas que decoran tu cara. Ya no eres ese querubín, repleto de una ilusión inocente. Los golpes de la vida te han ralentizado el paso y dejan secuelas en la forma de dolores repartidos por tu cuerpo.

Es el precio de has pagado para ser quién eres, por haber sido valiente al elegir tu camino, más aún cuando has ido a la contracorriente de lo que esperaban de ti. Debes llevar tus cicatrices con orgullo. Cada vez que te has caído, te has levantado y has seguido adelante con el aprendizaje que surge de cada imperfección que has encontrado en ti.

Permítete sentir el cansancio y la decepción. La vida no es un cuento de hadas, sino una pesadilla. Si te comparas con la gente, sólo te fijas en los elementos de su vida que te sirven para castigarte. Céntrate en lo que necesitas para atravesar las tormentas de tu ser que impiden que veas la luz en ti.

No postergues aquello que necesitas y suelta lo que necesitabas para ya no te corresponde. Acepta el paso del tiempo y tu lugar en tu proceso. Hay lo que hay y lo que caiga fuera de tu realidad no te incumbe.

#gestalt #aceptación #autenticidad #sabiduria #psicoterapia #felicidad #relaciones #familia