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El Sol Que Siempre Ha Alumbrado Mi Camino Brilla Más Que Nunca Hoy


Hoy brilla el sol y vuelvo a sonreír como no lo he hecho desde hace tiempo. Siento el color del verano acariciar la piel. Por fin, entiendo la lección que el universo lleva tanto tiempo intentando hacerme llegar.

He decidido amarme sin pretensiones de ser nadie más que quien soy ahora mismo. Nunca seré ése que una vez quise ser porque era un personaje imaginada desde la ignorancia. No sabía lo que realmente querría ser en esta vida, ni lo que me haría feliz o no. Simplemente, intentaba cuadrar con lo que yo pensaba que tendría que ser mi vida.

He tropezado una y otra vez con la misma piedra. Me he caído y quedándome abatido en el suelo, con mi cara cubierta de sangre y tierra, sin poder respirar. Luego, siempre me he levantado, quitando los restos de mi rostro y de mi cuerpo, con un lavado de agua fría y la cabeza en alto, mirando hacia el brillo del sol y la esperanza que conlleva. Me he criticado duramente por caer en la misma trampa. Pero, nunca me he centrado en poner los medios necesarios para evitar la repetición. Hasta hoy.

Agradezco que el universo me haya regalado este dolor intenso que se hizo imperativo para despertarme del letargo de no querer ver la realidad. Me costó caro. Pero, las veces anteriores era demasiado fácil recuperarme y seguir buscando una batalla nueva que ganar, como un mercenario ganándose la vida, siempre creyéndose más capacitado a enfrentarse a desafíos más aparentemente insuperables.

Entonces, te conocí a ti, mi alma gemela, el amor de mi vida, mi compañera de viaje, mi sol brillante, mi luna llena. Me acompañaste en la luz y en la oscuridad. Me caí enamorado perdidamente de ti. Me abrí a ti como nunca lo había hecho. Te regalé todo el amor que había dentro de mí. Me perdí en la realidad que quise vivir y que había creado. Proyectaba mi amor sobre ti, y me bañaba en ese mismo amor, sin querer darme cuenta de que sólo era mi amor. Te amaba ciegamente para disfrazar el hecho de que te habías quedado con tu amor. Veía tu luz interior brillar con una intensidad inmensa, incomparable con la luz de cualquier otra que ha pasado por mi vida. Pero, lentamente entendía que se quedaba allí, detrás del telón de tus defensas y escondida por tus reproches y dudas.

Te amaba por los besos que me diste y por las miradas de desilusión, por los abrazos que me llenaban de sueños por cumplir y por los rechazos que los aniquilaban. Te amaba por compartir las lágrimas de alegría y risa junto con las de la desesperación. Era egoísta al centrarme en mi amor y no querer ver tu lucha para corresponder, como si fuese un baile al que no podía seguir tus pasos.

Empecé a encerrarme en el castigo de no ser quien buscabas, quien te podría acompañar hasta que me di cuenta de que no puedo ser otro. Soy una persona con una luz intensa y hermosa con la que intento alumbrar a quien la quiere apreciar. Ya no me odio, dado que soy feliz al saber quien es la persona que me mira desde el otro lado del espejo y valorar que esa persona merece ser amada con la misma pureza e intensidad que ése siempre ha amado a otros.

Hoy entiendo que el amor no correspondido no es por mis fallos ni los tuyos, sino por diferencias. No soy un fracaso, sino una persona que lucha cada día para hacer todo lo mejor que puede, nunca me rindo en buscar el mejoramiento personal y la comprensión de mí mismo, mis experiencias y a las personas con las que comparto mis días y noches. Sin embargo, no soy ese que habita tus sueños, el que te llevará al paraíso sólo con estar a tu lado. Por eso, no soy menos que nadie, ni tengo porque intentar imitarle. Nadie es perfecto, todos fallamos y triunfamos, todos nos exponemos a los incendios del infierno antes de tumbarnos debajo del sol de la felicidad. La vida es un proceso de morir y renacer en algo más completo.

Envaino la espada y me doy media vuelta. No lucho una batalla contra mí mismo que siempre gana el otro yo. Ya no quiero destruirme de la manera que siempre lo he hecho, antes de recoger las piezas para reconstruirme. Esta vez, elijo aprender del placer, del dolor, de la pasión e ilusión, de la certeza y de la duda que me han traído a este momento culminante en mi camino. Me responsabilizo por tomar una bifurcación u otra, sabiendo que mi selección siempre será la correcta en esa situación, si la hago a base de la honestidad e integridad

Hoy te abrazo más fuerte que nunca y te beso con todo mi amor. Acepto que tu camino te aleja del mío. Así, te agradezco por todo lo que has significado para mí y me quedaré con el éxtasis que he sentido contigo y deseo que encuentres lo que buscas y seas feliz allá donde vayas. Te amo hoy y te amaré siempre. Pero, no volveré a buscarte que ya he aprendido que por muy intenso que sea mi amor puro e incondicional, no vale para dos.

Hoy el sol que me alumbra el camino es mío sólo y me acompaña, como siempre lo ha hecho, en mis pasos por este sendero sinuoso por el bosque silvestre de la vida que me corresponde vivir, con una abundancia de experiencias dispersas y fascinantes que me surgirán a lo largo del viaje.

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