La Importancia de la Comunicación Personalizada
En el mundo contemporáneo, la comunicación va cogiendo una forma más adaptada, ya que las prisas y la multitud de maneras de comunicarse hace que hay que transmitir un mensaje que llama la atención del otro, con el uso mínimo de palabras. Entonces, es fundamental estudiar cómo personalizar la comunicación al receptor de la comunicación, teniendo en cuenta que cada persona no tiene por qué entenderlo de la misma manera que otras personas o con la misma intención con la que lo emitimos. En este artículo pretendo introducir el concepto de la personalización de la comunicación.
En primer lugar, hace falta analizar qué queremos transmitir y de qué manera. No es lo mismo, recordar a alguien que no te han presentado los gastos cuando aún queda tiempo para hacerlo que cuando ya llevan una semana de atraso.
Por otro lado, y lo que me interesa más, es importante hacer una idea de cómo la otra persona puede interpretar el mensaje. Para esto, es de gran ayuda un conocimiento de una herramienta de análisis de tipos de personalidad, como DiSC, Myers-Briggs, PNL o el Eneagrama.
Hoy quería plantear el uso de la última mencionada. El Eneagrama establece que hay nueve tipos de personalidad. Por lo tanto, si sabemos a cuál de estos tipos nuestro compañero tiene más en común, podemos adecuar el mensaje para que le enganche la atención.
Para esto, propongo dar un resumen muy breve a continuación de cómo son los nueve tipos y, después, sugerir un modo de comunicación aplicable.
Un perfeccionista con un interés en lo correcto éticamente y gramáticamente
Un altruista que busca agradar a los compañeros
Un luchador que quiere destacar entre los compañeros
Un especialista que prefiere sobresalir por ser diferente a los demás
Un intelectual que sólo le interesa la información detallada
Un preocupado que se inquieta delante de lo que puede ir mal
Un entusiasta que le interesa lo divertido e interesante
Un poderoso que quiere imponer su voluntad
Un tranquilo que no quiere meterse en conflicto con los demás
Esto, tal y como mencioné es una generalización a lo grande. Pero, sirve como concepto para mostrar cómo podemos adaptar un mensaje para que la gente encuentre en ello algo que les estimula lo suficiente para hacernos caso.
Así pues, al tener en cuenta los tipos, podemos pensar en un mensaje que queremos transmitir a ellos. Por ejemplo, queremos invitarles a una reunión del comité para plantear la adquisición de un competidor.
“Buenos días ______, tenemos el placer de invitarte a la celebración de una reunión para evaluar la compra de _______”
En el lugar de ese texto genérico, sería mucho más llamativo personalizarlo así:
“Para seguir la ética de un paso de tal importancia, agradeceríamos contar con tu presencia para que expreses tu opinión acerca de una posible compra de la empresa tal”
“Nos interesa que participes y compartes tu opinión con nosotros acerca de la posible adquisición de la empresa tal”
“Dado los últimos logros, pensamos que puedes aportar una opinión importante a la hora de evaluar la adquisición…”
“Consideramos tu visión particular de gran uso a la hora de evaluar la adquisición…”
“Somos conscientes de tu extenso conocimiento del mercado, por los tanto, sería de gran valor tu aportación a la hora de evaluar….”
“Por tu gran capacidad de avisar de imprevistos en el proceso de adquisición, agradeceríamos enormemente tu colaboración en la preparación de un proceso de compra…”
“Nos hemos quedado atascados en la evaluación de la adquisición de la empresa ____ y agradeceríamos que nos ayudaras a verlo desde perspectivas nuevas”
“Por falta de consenso, nos beneficiaría tu presencia en la reunión para evaluar la adquisición de la empresa ___”
“Al haber experimentado una diferencia de opiniones, nos vendría bien que nos ayudaras a ponernos de acuerdo en la evaluación de la adquisición…”
Con esto, pretendo sugerir que un mensaje se puede personalizar de una manera adaptada a la persona que lo va a recibir de una manera que le va a parecer más interesante, sin tener que inventar otros factores. Es un ejemplo de cómo podemos mejorar la comunicación habitual en las empresas contemporáneas.
En el futuro, tengo la intención de mostrar el efecto contrario. Es decir, cuando dejamos un mensaje genérico o seleccionamos las palabras que pueden causar un efecto negativo a la hora de hablar de algo que no parece tener gran importancia.