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El Maestro de la Sombra
En aquel entonces me acuerdo de la ceguera de mi felicidad. La deliciosa venda que tapaba mis ojos de una realidad que no quería aceptar con


La Hoguera de mi Soledad
Allí, sentado delante de una fogata en el silencio del bosque por el que llevo la vida entera intentando encaminar el rumbo que me correspon


El Ogro de Las Tinieblas de mis Miedos
Me cuesta respirar por las garras con las que mi frustración me estrangula. La espantosa bestia de ojos rojos y penetrantes mi mira con una
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